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En el mundo actual, Lengua nominativo-acusativa es un tema de interés que ha capturado la atención de muchas personas. Ya sea por su relevancia en la sociedad o por su impacto en la vida diaria, Lengua nominativo-acusativa ha generado un debate constante en diferentes ámbitos. Desde su influencia en la política hasta su presencia en el ámbito cultural, Lengua nominativo-acusativa ha logrado posicionarse como un tema de importancia indiscutible. A lo largo de los años, Lengua nominativo-acusativa ha evolucionado y se ha adaptado a las demandas cambiantes de la sociedad, lo que lo convierte en un tema sumamente interesante y digno de análisis en profundidad. A través de este artículo, exploraremos las diferentes facetas de Lengua nominativo-acusativa y su impacto en el mundo actual.
Una lengua nominativo-acusativa (o simplemente acusativa) es aquella en la que el sujeto de un verbo intransitivo (papel S) y el sujeto de un verbo transitivo (papel A) reciben un tratamiento diferente del objeto directo del verbo transitivo (papel O). El tratamiento puede consistir en ponerle un afijo especial de caso, en el orden gramatical u otro procedimiento para distinguir la función de cada argumento verbal. Es decir, una lengua nominativa trata S y A de la misma manera y O de manera diferente. En las lenguas nominativo-acusativas con caso gramatical S y A se suelen marcar con caso nominativo y O con caso acusativo, de ahí el nombre. Si no existe marca de caso, la lengua emplea el orden de las palabras (como en el inglés, lengua en la que el sujeto aparece antes que el verbo y el objeto después).
Todas las lenguas europeas, excepto el euskera, son nominativo-acusativas. Este tipo de lenguas contrasta con las de tipo ergativo. En este otro tipo de lenguas S y O son tratados de la misma manera, marcados generalmente con caso absolutivo, dejando el caso ergativo para el marcado de A. De ahí que estas lenguas también se llamen absolutivo-ergativas.
El alineamiento nominativo-acusativo se aprecia muy claramente en las lenguas con caso como el latín o muchas otras lenguas indoeuropeas antiguas. En estas lenguas se aprecia que el sujeto de los verbos transitivos (1b) recibe la misma marca de caso que el sujeto de los verbos intransitivos (1a) (este caso se llama usualmente nominativo), mientras que el objeto de los verbos transitivos recibe una marca diferente (acusativo):
Esto contrasta con una lengua ergativo-absolutiva como el euskera:
Como se puede apreciar, las palabras en euskera en rojo como "gizona" (suj.), "mutila" (obj.), "gizona" (obj.), todas terminan exactamente igual (-a), lo cual corresponde con la definición de lengua ergativa, en que el sujeto de un verbo intransitivo, como "gizona" (suj.), recibe el mismo tratamiento que el objeto de un verbo transitivo, como "mutila" (obj.) y "gizona" (obj.); es lo contrario de lo que ocurre en lenguas como el latín que son nominativo-acusativas.